Tipos de piel y sus cuidados

Antes de realizar cualquier tratamiento o maquillaje resulta imprescindible conocer los tipos de piel del rostro y cuáles son los cuidados más adecuados. Grasa, seca, mixta, sensible... cada piel tiene una necesidades distintas y esto que parece una evidencia a veces no lo es. Si aplicamos cosméticos inadecuados podemos provocar granitos, exceso de grasa, deshidratación, etc. Por eso, conocer las clases de piel que existen y qué les va mejor es esencial a la hora de maquillar.

Y es que, como siempre decimos, la piel es el lienzo donde plasmamos nuestro trabajo: un maquillaje profesional que embellece, disimula o caracteriza a un determinado personaje. Si esta no se muestra saludable y nutrida, el resultado final no será el deseado. Por este motivo, y por muchos más, en nuestro Curso de Maquillaje Profesional explicamos rutinas pre y post maquillaje para la piel del rostro y en nuestro Taller de experto en pieles profundizamos en los tipos de piel y cómo tratarla de la mejor forma.

La importancia de conocer tu tipo de piel

Hay muchos tipos de piel y es realmente importante conocer tu tipo de piel para que la mantengas sana y correctamente nutrida. Y no se trata de una cuestión meramente estética sino que la piel del rostro también es salud y por eso hay que protegerla del sol, hidratarla por dentro y por fuera, llevar una alimentación adecuada y mantenerla en buenas condiciones. Además, conocer el tipo de piel y darle lo que pide es la mejor forma de que los productos penetren mejor y el maquillaje se difumine correctamente y dure más tiempo. Por otro lado, si aplicas la cosmética adaptada a tu tipo de piel te evitarás efectos indeseados como granitos, rojeces, zonas escamadas, exceso de grasa o poros abiertos y retrasarás su envejecimiento y la aparición de arrugas y líneas de expresión.

Como vemos, es fundamental elegir productos destinados a cada tipo de piel, desde las cremas hidratantes a las mascarillas, bases de maquillaje, correctores o limpiadores. Asimismo también tienes que tener en cuenta que existen muchos factores que hacen que la piel se estropee como por ejemplo el estrés, el tabaco o la polución, que aceleran el envejecimiento de la piel.

tipos de piel

Los distintos tipos de pieles y sus cuidados

Existen cinco tipos de piel: normal, grasa, seca, mixta y sensible. Cada una de ellas puede sufrir en mayor o menor medida alguno de los problemas más habituales en la piel y para mantenerlos bajo control es adecuado seguir una serie de rutinas y elegir los cosméticos más adecuados.

Piel normal

La piel normal se trata de una piel tersa, suave, con brillo natural y que además con unos cuidados habituales se mantiene perfectamente hidratada. Las características principales de las pieles normales son un color rosado uniforme, un tacto suave y aterciopelado, un espesor fino, una gran flexibilidad y cuenta con poros cerrados y pequeños. La piel llamada “normal” es propia de los rostros jóvenes que no tienen arrugas, brillos excesivos ni manchas y resiste muy bien a las inclemencias del tiempo, al sol y a los cambios de temperatura.

Tener una piel normal no implica no cuidarla sino que es necesario aplicar fotoprotección y realizar la rutina diaria básica: limpieza, tonificación, crema hidratante de día y crema nutritiva por la noche. En cuanto al maquillaje, este tipo de piel tolera muy bien gran parte de los productos y formatos y formulaciones, tanto líquidos como en polvo o barra.

Piel seca

La piel seca es más habitual con el paso del tiempo, cuando necesita una hidratación más intensiva. En el rostro, este tipo de piel provoca tirantez, rugosidad, descamaciones y en el peor de los casos picores e irregularidades. Además del envejecimiento algunas de las causas de la piel seca es el frío o el tiempo frío o seco, la exposición al sol, o el uso de jabones agresivos que no respetan la barrera de la piel.

Para mejorar una piel seca hay que aportarle el agua necesaria tanto de forma interna bebiendo como con cremas hidratantes con formulaciones que inciden en este problema como los aceites, las vitaminas y el ácido hialurónico. La limpieza se debe hacer constante y la crema de día y de noche es un must. Respecto al maquillaje, es preferible apostar por texturas líquidas antes que los polvos y productos como el primer pueden ayudar a darle flexibilidad.

Piel grasa

La piel grasa se caracteriza por tener un tono brillante y normalmente va acompañada de poros dilatados. En este tipo de piel suelen aparecer espinillas y acné si la producción de grasa es excesiva y los cuidados son inadecuados. Las impurezas son muchas veces respuesta a un desequilibrio interno como pueden ser problemas hormonales, alteraciones en el metabolismo o en la alimentación. Aunque se piensa que las pieles grasas no precisan hidratación, es todo lo contrario porque para equilibrar el sebo es necesario una buena nutrición.

El tratamiento conveniente para las pieles grasas son productos que protejan pero que a la vez hidraten como los productos sebo-reguladores. A diario es muy importante realizar una correcta limpieza de la piel en varios pasos y con limpiadores adecuados para eliminar restos de maquillaje, contaminación y exceso de células muertas que pueden producir acné. En cuanto al maquillaje existen muchas bases de maquillaje para pieles grasas que regulan, cuidan y evitan los brillos.

Piel mixta

La piel mixta combina distintos tipos de piel según la zona de la cara. Generalmente suele tener la zona T (frente, nariz y barbilla) grasa, y el resto puede ser seca o normal. En el mercado existen productos específicos para este tipo de piel, no obstante siempre es aconsejable tratar las distintas zonas por separado ya que así se obtendrán mejores resultados. Y es que muchas veces los productos específicos para pieles mixtas pueden resultar incompatibles con las zonas de la cara más secas ya que pueden sufrir hipersensibilidad cutánea.

Piel sensible

Las pieles sensibles se detectan porque presentan rojeces debido a la dilatación anormal en los vasos capilares sanguíneos, lo que normalmente se traduce en incómodos picores, tirantez y descamación. La piel sensible es muy frágil y vulnerable, los factores externos la atacan más que al resto de pieles y si no se cuida adecuadamente suele envejecer de forma prematura. Por otro lado, hay que tener en cuenta que se trata de uno de los tipos de pieles más finas y transparentes que con los cuidados adecuados se controla muy bien.

En el caso de este tipo de piel es más esencial que en ninguna revisar las formulaciones de los productos para evitar reacciones alérgicas y apostar por la cosmética natural suele ser una buen opción. En el mercado hay muchas marcas de maquillaje especializadas en pieles sensibles que pasan rigurosos controles para evitar reacciones adversas.

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Cómo saber qué tipo de piel tengo

La observación y ver cómo responde ante diferentes productos es clave para saber qué tipo de piel tengo. En líneas generales si tienes muchos brillos, tu piel es grasa, si la notas muy tensa es seca, si tienes zonas diferenciadas seguramente será mixta y si te salen rojeces con facilidad es sensible. En el caso de que no hayas percibido nada de eso tu tipo de piel es normal.

Ya has visto los distintos tipos de piel y qué cuidados tienes que aplicar para lograr equilibrarla. Ahora solo tienes que poner en práctica estos consejos para mantenerla en forma durante más tiempo.

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