La costumbre de pintarse las uñas no es ni mucho menos nueva, se lleva realizando desde hace miles de años. Para proteger las uñas, decorarlas, llamar la atención o expresar identidad, el esmalte de uñas es un producto cosmético que ha acompañado a mujeres y hombres desde el Antiguo Egipto o la China Imperial hasta la actualidad. Además, en los últimos años el sector de la manicura se ha beneficiado de un gran impulso gracias a la renovación constante de las tendencias, el avance de las técnicas y la aparición de nuevos productos. Todo ello nos hace encontrar en el mercado multitud de esmaltes de uñas para aplicaciones de todo tipo y diferentes estilos.
En el artículo de hoy te explicamos la historia de esmalte de uñas y que así puedas conocer un poco más sobre este producto que, seguro, utilizarás en tus trabajos. Y es que como especialistas en el mundo de la imagen -y tal y como enseñamos en nuestros cursos de Maquillaje Profesional– nos parece indispensable conocer de dónde vienen los productos que más utilizamos en nuestro día a día.
Etapas decisivas en la historia del esmalte
Las uñas naturales han predominado durante siglos ya que no fue hasta los años 20 del siglo pasado que se crearon los primeros esmaltes de uñas tal y como los conocemos. Como veremos, la historia del esmalte es relativamente breve aunque cuenta con algunos precursores que citaremos a continuación y que nos resultan de lo más interesantes para descubrir su origen.
Su origen en el Antiguo Egipto
Al repasar la historia del maquillaje, siempre hay que hacer una parada el Antiguo Egipto ya que suele ser el inicio de muchas de las aplicaciones cosméticas que han llegado hasta nuestros días. En esta etapa encontramos una de las primeras referencias sobre la decoración de uñas: los faraones y faraonas aplicaban tinte negro de origen mineral para teñirlas de negro o de origen vegetal -como la henna- para que adquiriesen un tono anaranjado, marrón o rojizo. Además, según algunas fuentes, las mujeres egipcias podían llevar las uñas largas y decoradas con oro o marfil como símbolo de estatus.
Las uñas en la Dinastía Ming
Aunque anteriormente en China era muy apreciado pintarse las uñas con una laca obtenida de pétalos de flores, en la dinastía Ming el esmalte de uñas siguió siendo un producto habitual pero comenzaron a añadir formulaciones de la medicina tradicional como extractos naturales, ceras y tintes vegetales. Una curiosidad es que llevar las uñas largas era una muestra de clase alta puesto que solo era apto para personas que no trabajaban en el campo o con las manos.
De esta etapa y de la posterior son también lo que podríamos denominar como “primeras uñas postizas” -llamadas “zhijia tao” o “huchzhi”- y que eran fundas cónicas sobre los dedos con decoraciones de oro, plata, perlas, jade u otras piedras preciosas. Servían para proteger y demostrar poder.
Renacimiento, siglo XX y actualidad
Durante muchos periodos, la laca de uñas cayó en desuso pero en el Renacimiento se revitalizó con predilección por las uñas cortas y rojas. No obstante, aunque no se pintaran o decoraran hasta más adelante, ya en el siglo XIX era muy habitual cuidarlas, limpiarlas y darles forma, es decir, la manicura tenía una notable función en las clases burguesas como vemos en esta pintura que retrata una escena cotidiana.
Ya entrado el siglo XX con las primeras películas de cine, dar color a las uñas comenzó a ponerse de moda ya que las actrices de los años 20 presentaban una imagen exótica, simbolizaban lo moderno y hacían cosas tan escandalosas como pintarse las uñas.
La empresa Cutex fue la primera marca en desarrollar y comercializar el esmalte de uñas como tal en 1920 y su producto era un esmalte líquido envasado en una botella con tapa de corcho y un pequeño cepillo.
La casa Revlon fue otra de las pioneras en esmaltes de uñas, un producto que no aguantaba mucho hasta que idearon el empleo de pigmentos en lugar de colorantes. La firma sacó en los años 30 diferentes tonos de esmalte de uñas y en solo unos años se convirtió en un grande del sector de la manicura con líneas completas para el cuidado de manos y uñas. Por su parte, a otra de las empresas de cosmética más relevantes de la actualidad, Coty, le debemos un tipo tipo especial de esmalte de uñas transparente.
En gran parte del siglo XX, el color más demandado era el rojo con algunas variables en rosas pero en los años 70 el esmalte de uñas ya se fabricaba en casi todos los colores posibles, desde tonalidades oscuras hasta las más brillantes llegando incluso al neón. Comenzaban también a añadirse fantasía en forma de decoraciones y pegatinas con dibujos, flores y todo tipo de diseños.
Últimas tendencias en pintauñas
En la actualidad, el abanico de marcas, colores, tipos y tendencias en pintauñas es infinito y continuamente llegan al mercado tonos revolucionarios con acabados en brillo, mate, degradados, marmolados… Cada temporada, las firmas lanzan sus propuestas y lxs profesionales del nailart derrochan creatividad mezclando formas, diseños y tonalidades.
En cuanto a su duración, podemos encontrar esmaltes normales, de gel, para manicura semipermanente y un largo etcétera. Además, cada vez disponemos de más marcas de pintauñas que huyen de las fórmulas sintéticas y apuestan por formulaciones naturales y ecológicas.
Ahora ya sabes un poco más sobre la historia del esmalte de uñas y cómo ha ido evolucionando su uso a lo largo de los años. Si te interesa la historia y el origen de los productos que llevas en tu maletín profesional, no te pierdas nuestros artículos sobre la historia del rímel, la historia del pintalabios y la historia del eyeliner.
*Imagen de portada: Curso de manicura en la Robertson Hairdressing School en 1945 (Toronto, Canadá). Crédito: John F. Mailer / Library and Archives Canada / PA-193038