Decir su nombre es inevitablemente recordar su característica imagen que, junto a su voz rasgada y sus grandes éxitos musicales, marcó un estilo único e inconfundible. Son ya 10 años sin Amy Winehouse, quien nos dejó muy pronto a los 27 años. La cantante y compositora británica se hizo un hueco en la industria con su primer álbum en 2003 y tres años más tarde llegó a lo más alto consiguiendo 5 Grammys por Back to Black. Una carrera meteórica -envuelta en alguna polémica- que se vio truncada por su repentina muerte en el año 2011.
Por si hay alguien que no la recuerda, en este artículo repasamos con detalle el look de Amy Winehouse: Unos estilismos de estética pin up, un exuberante moño cardado y un eyeliner rotundo imposible que concordaba a la perfección con la diva del soul que fue. Un género que contribuyó a revivir, si es que alguna vez llegó a morir.
Estética pin up sobre el escenario
Nacida en Londres, Amy Winehouse presumió siempre de estética british a medio camino del punk y de los mods, especialmente en el día a día, cuando era habitual verle con con polos Fred Perry, tejanos y bikers. Sobre el escenario, sin embargo, se envolvía en ajustados vestidos pin-up con escotes corazón y palabra de honor y cintura de avispa, a veces marcada con grandes cinturones.
Amy Winehouse adoraba los estampados, especialmente el leopardo y otros tipos de animal print y los cuadros de vichy en blanco y negro. Tops, pañuelos, minifaldas y grandes complementos como pendientes de aro completaban sus looks con enorme personalidad. Otro de los símbolos del look de Amy Winehouse fue su calzado estrella: unas bailarinas de satén rosa que lucía prácticamente a diario, tanto con vestidos de fiesta como con shorts.
Además de todos estos detalles, la cantante de temas como Rehab o You know I’m no good, potenciaba su estética años 50 y 60 con numerosos tatuajes old school entre los que destacaban una gran herradura en el brazo y un ancla en el vientre.
Look de Amy Winehouse: cardado colmena y rotundo eyeliner
El look de Amy Winehouse no era más que una prolongación de la admiración que sentía tanto musicalmente como estéticamente por el grupo musical The Ronettes, de quienes tomó algunas referencias. En ellas se inspiró para su inmortal moño cardado que llevaba a veces decorado con pañuelos a modo de diadema o flores en la parte posterior. El peinado de Amy Winehouse, llamado peinado colmena o beehive, se popularizó en diferentes formas en los años 60, cuando se pudo ver de la mano de estrellas como Audrey Hepburn o Brigitte Bardot.
La cantante británica además de lucir su recogido icónico, en alguna ocasión cambió el color negro de su melena larga por algunos toques de decoloración en la parte frontal y en el flequillo, largo y ladeado.
Otro de los rasgos especiales del look de Amy Winehouse y que continua siendo constantemente imitado es su poderoso eyeliner negro. Un maquillaje de ojos con la raya del ojo muy marcada con trazo grueso hacia el exterior que, junto a la máscara de pestañas, parecía ser su único maquillaje. La cantante no se pintaba los labios de forma llamativa aunque en algunos momentos la vimos con colores como el rojo y el fucsia.
Como vemos, Amy Winehouse es y será inmortal. No solo su música le ha sobrevivido sino que su estética sigue estando en la memoria colectiva tan presente como siempre. Tanto es así que estos días se estrena un nuevo documental sobre su figura: “Amy Winehouse & Me: Dionne’s story” ideado por Dionne Bromfield, la última persona que compartió escenario con la artista desaparecida. Nosotrxs no nos lo perderemos.
*Imagen de portada: Eddie van der Walt (2008)[/et_pb_text][/et_pb_column]
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